«Y entonces el gran trémulo que su furor quebranta
contra las mudas rocas que intentan atajar sus cóleras siniestras, retuércese y se espanta,
porque se explica cómo
puede en su azul y gigantesco lomo
una mísera nube su silueta arrastrar.«
Extracto de: Gotas de ajenjo, de Julio Flórez
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