«Nadie puede ser el dueño
De los mares del ensueño«
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Célebes 3.0 
Cada vez que ocurre, la aparición de una isla (o la posibilidad de una isla, como diría Houellebecq) es algo fantástico. Una reminiscencia arquetipal, acaso. Creo que esta foto logra traducirla.
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Como siempre inteligente y reveladora mirada. Gracias por compartirla.
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Una estupenda foto. A veces necesitamos la soledad para llegar al corazón.
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Así es. Saludos Manuel!
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Bellisima!!
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Celebro que te haya gustado Leyla. Gracias por pasar.
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Me encanta el minimalismo, buen trabajo
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Gracias Pepe.
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Cuánto silencio!
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Me encanta que la foto lo transmita … y que tú lo hayas «escuchado».
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